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Liderazgo desde mi ser para el ser del otro

El liderazgo sin personas que lo sigan, no es un liderazgo, en muchas ocasiones somos nosotros mismos, quienes debemos convencernos y guiarnos de que podemos lograr las cosas, pero eso no nos convierte en lideres de nosotros mismos, sino en un espíritu de superación que debemos tener todos y cada uno de nosotros para lograr todas las cosas en nuestras vidas.

Primeramente debemos construir nuestro liderazgo desde lo que somos, para poder llevarlo a otros, determinando muy bien lo que somos y a donde queremos llegar, el liderazgo se basa en influir a las personas a nuestras metas y deseos, de alguna forma también influenciar a las personas con poder y autoridad, para llegar al objetivo.

El liderazgo no es solo mandar y guiar a las personas, es también saber servir a las gentes que están a tu cargo, en poder satisfacer las necesidades de su gente y ayudarles en todo momento, esto ayuda a que los otros tengan confianza y credibilidad a lo que su líder desear hacer con ellos y a que ellos también aprendan a servir a su líder, de esto parte la frase de “Si quieres liderar debes servir primero”

Así como James C. Hunter menciona en su libro “La paradoja: Un relato sobre la verdadera esencia del liderazgo” que, de manera paradójica, dirigir consiste en servir a los demás, porque un buen líder está pendiente de sus subordinados para atender a sus legítimas necesidades, ayudarles a cumplir sus aspiraciones y aprovechar sus capacidades al máximo. Todo esto debe basarse en un autoridad ejercida a través del servicio y sacrificio, sacrificio basado en el amor, y la pasión por hacer las cosas, es por esto que la preparación emocional donde está involucrado el corazón es importante, un sacrificio sin amor por lo que haces, es solo una carga que podría destruir tus emociones y las de otras personas.

Cuando se desea que un liderazgo influencie el de otras personas, se debe primero trabajar en el liderazgo propio, en saber y conocer cada uno de los aspectos y factores de ser un buen líder, conocer las experiencias necesarias, para enseñarles a sus subordinados lo necesarios para seguir el camino correcto a la meta. La única forma de transmitir un buen liderazgo a otras personas, es demostrándoles que la confianza, la humildad, la comunicación, el servicio, el sacrificio, el amor y corazón con disposición de hacer las cosas bien, son herramientas muy importantes para un buen liderazgo, y que si las personas se preocupan por desarrollarlas pueden lograr a ser grandes líderes aun cuando no tengan ni el poder, ni el dinero para llegar a una posición alta.

La reflexión de Torkom Saraydaria, habla de una manera muy concreta y clara de los factores necesarios para lograr un liderazgo con éxito. Y otros autores como James C. Hunter, nos habla del servicio como esencia del liderazgo. Es por esto que se podría mencionar al liderazgo como la ciencia de poder influenciar en las personas a trabajar en conjunto para lograr un objetivo general y al mismo tiempo propio, basándose en el servicio a los demás, demostrando la humildad que no es basada en tener menos, si no en la humildad que demuestra que estamos para ayudar y servir a los demás, ya que al ayudar a otros, nos ayudamos a nosotros mismos.

Liderazgos como el de Jesucristo, fueron liderazgo que hasta hoy en día se mantienen firmes y sólidos, al basar sus liderazgos, en amor, el servicio y el sacrificio por los otros, no es solo decir, ven sígueme, o ven y sírveme, sino ven que te ayudare a seguir adelante y a cumplir tus metas cueste lo que cueste. El liderazgo es un trabajo conjunto con las personas que lo siguen, sin la presencia de estas personas, sería un liderazgo vacio y sin sentido alguno.